8. Limpiando las Lámparas

Miriam se preocupa por sus padres y en cómo ser una esposa para Jacobo. Rivka intenta decirle que ambos crecerán si se someten a Dios. Le señala las lámparas que están limpiando y le dice que todas tienen el mismo propósito: brillar. Le dice que Dios piensa en nosotros como lámparas. Hemos de brillar como Dios nos hizo para brillar. Rivka dice que conoce a mujeres que han tenido que brillar en los momentos más oscuros. Tuvieron que depender de Dios para que las llenara y Él pudiera brillar a través de ellas. El valor de una mujer no se basa en un estado de casada, sino en su servicio a Dios con sus obsequios y sus talentos. Es ahí donde se encuentra el valor. "Vosotros sois la luz del mundo: una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, mas sobre el candelero, y alumbra á todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras obras buenas, y glorifiquen á vuestro Padre que está en los cielos." (Mateo 5:14-16). Se nos dan personalidades únicas, deseos y dones para invertir en las cosas que Dios pone en nuestras vidas. Como dice la parábola de los talentos, Dios espera que usemos lo que se nos ha dado para glorificarlo.